A veces pierdo la conciencia
y no sé dónde estoy, quien soy y lo que hago.
Pero solo dura unos segundos.
Esa oportunidad ocurre rara vez.
¡Qué daría yo por perder el control
al menos al escribir
y que fluya el surrealismo sobre mí
como si fuera Alberti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario